RAÚL LEONI: EL PRESIDENTE GUAYANÉS
27 DE JUNIO 2006
ACOMPAÑADO
POR DOÑA MENCA ADELANTÓ BUENA PARTE DEL DESARROLLO INDUSTRIAL E HIDROELÉCTRICO
DEL ESTADO
PRESO Y EXILIADO EN VARIAS OPORTUNIDADES,
HA SIDO EL ÚNICO BOLIVARENSE EN TENER LA BANDA PRESIDENCIAL ,
PROTAGONISTA ESENCIAL DEL NACIMIENTO DE LA DEMOCRACIA EN
VENEZUELA.
En medio de una
convulsionada Venezuela que lucha por dejar atrás la inestable sucesión de
caudillos, nace el 26 de marzo de 1905 en la localidad de El Manteco, Raúl
Leoni, hasta ahora el único guayanés en ocupar la silla presidencial.
Hijo
de la unión entre Clemente Leoni, inmigrante francés, con Carmen Otero
Fernández, Leoni vivió sus primeros años en una familia sencilla pero sin
mayores restricciones económicas, criado en la apacible y pujante Upata.
En
esa época su audacia para la política estaba lejos de manifestarse, por lo que
el pequeño Raúl pudo dedicarse a sus estudios de primaria, que según Rafael
Arráiz Lucca en Raúl Leoni (2005), recibió de la señorita Lilia Acevedo y en el
colegio fundado por Henriqueta de Pérez.
Es
hacia 1918, en plena dictadura gomecista, cuando la familia se traslada a
Caracas, para brindar a los jóvenes una educación media de calidad. Para ese
momento, sólo 3 de los 5 hijos que tuvo Carmen Otero Fernández permanecen con
vida.
En
la capital del país es donde despierta en Raúl Leoni el valor de la democracia,
cuando ingresa al Liceo Caracas del cual es subdirector y profesor Rómulo
Gallegos.
Sus
enseñanzas no tardan en hacerse manifiestas, pues ya en 1921 a los 17 años de
edad, decide solidarizarse con una huelga de tranviarios y va a parar a la
cárcel de La Rotunda
por algunos días.
Fue
también en el Liceo Caracas donde estudiaron quienes luego serían sus amigos,
compañeros de lucha y hasta rivales, conocidas figuras como Rómulo Betancourt,
Jóvito Villalba, Armando Zuloaga Blanco, Miguel Otero Silva, Isaac J. Pardo,
José Tomás Jiménez Arráiz y Rafael Vegas, entre otros.
En
1924 el joven Raúl Leoni ingresa a estudiar derecho en la Universidad Central
de Venezuela, donde definitivamente encontraría su lugar en un incipiente
movimiento político que luego le costaría el exilio.
Allí,
es electo como presidente de la
Federación de Estudiantes de Venezuela, en 1927, posición en
la que tiene que organizar un año después la “semana estudiantil”, actividad en
la que coloca como oradores en diferentes actos públicos a Jóvito Villalba,
Joaquín Gabaldón Márquez, Antonio Arráiz y Jacinto Fombona Pachano.
La
actitud retadora y crítica hacia el régimen produjo una respuesta inmediata del
gobierno de Juan Vicente Gómez, enviando a prisión a los antes nombrados junto
a Rómulo Betancourt, Gustavo Machado, Arturo Uslar Pietri, Miguel Otero Silva,
José Rafael Pocaterra y Román Delgado Chalbaud, entre otros, conocidos todos
como la “generación del 28”.
Un
mes después salió libre, y sin estar dispuesto a abandonar sus ideales, tuvo
que salir del país para continuar su formación política y lucha por la
democracia desde el exilio en Colombia, regresando sólo tras la muerte de Gómez
el 17 de diciembre de 1935.
Sin
embargo, su estadía en el país dura poco, pues nuevamente en 1937 debe
retirarse cuando el gobierno de Eleazar López Contreras dicta un decreto de
expulsión a 47 dirigentes de izquierda entre los que estaban Leoni, Villalba,
Betancourt y Gonzalo Barrios.
De
nuevo en Colombia, Raúl Leoni se gradúa como abogado en diciembre de 1938 y no
es sino hasta junio de 1939 cuando puede regresar al país, incorporándose de
inmediato a la lucha política y trabajando como asesor de los nacientes
sindicatos petroleros.
Para
1941 colabora junto a sus compañeros del Liceo Caracas con la candidatura
presidencial de Rómulo Gallegos, perdiendo frente al muy bien recordado Isaías
Medina Angarita, quien sentaría las bases de la democracia en Venezuela.
Con
una actitud mucho más abierta que López Contreras, Medina Angarita legaliza la
actividad política con el consiguiente nacimiento de Acción Democrática, “el
partido del pueblo”, organización que luego colaboraría con su derrocamiento
para implantar junto a una cúpula militar la Junta Revolucionaria
de Gobierno.
Una
Asamblea Nacional Constituyente dominada por los adecos y una elección
presidencial en 1947, en la que finalmente resultó ganador Rómulo Gallegos,
sirvieron a Leoni para erigirse como ministro del Trabajo, cargo en que estuvo
poco tiempo pues otro alzamiento militar, el de Marcos Pérez Jiménez, cambió
dramáticamente la historia y lo hizo regresar al exilio.
El Pacto de Punto Fijo
Casi una década después,
el 23 de enero de 1958, el dictador huye del país ante un estallido social que
determinará el retorno de la dirigencia adeca para junto a los activistas de
Copei y la Unión
Republicana Democrática, se concretara el Pacto de Punto Fijo,
un acuerdo en el que se pretendía desarrollar objetivos estratégicos comunes,
de tal forma que se asegurara el futuro del país sin importar la ideología de
quien lo gobernara.
A
finales de ese año Raúl Leoni resulta electo senador por el estado Bolívar,
llegando incluso a ocupar el más alto cargo del órgano legislativo, mientras
acompañó a Rómulo Betancourt como candidato y luego Presidente de la República.
Hasta
ahora, ha sido inevitable reseñar la compleja sucesión de hechos que configuran
el carácter de Leoni, quien tuvo que vivir difíciles momentos para contribuir
con la formación de una generación profundamente comprometida con las
libertades y los valores democráticos.
Sin
dejar a un lado el apego por su tierra, tras ser designado como candidato de AD
para las elecciones presidenciales de 1964, se traslada hasta Upata para
explicar en la plaza que “he querido comenzar mi campaña electoral por el
pueblo que me vio nacer, porque fue aquí donde se formó mi espíritu y se templó
mi carácter. Todo ello forma parte de la reciedumbre moral que he puesto al
servicio de las mejores causas de mi pueblo”.
Constructor
Para Jesús Sanoja
Hernández, el cambio de mando de Betancourt a Leoni sirvió para dar continuidad
al proceso de industrialización que años atrás se había iniciado. Suma como
logros de su gestión la Planta
de Laminados y el Plan IV de Sidor, así como la central hidroeléctrica de Guri.
“En
1965 se presentaron conflictos sindicales a medida que avanzaban los trabajos
para la represa. En aquel entonces Leoni prometió que la obra estaría concluida
en 1968 y así realmente sucedió”.
Reseña
Sanoja que en el balance que luego hiciera, el presidente aseguró que el
embalse retendría 17 mil 700 millones de metros cúbicos de agua en un lago
artificial de 800 kilómetros cuadrados, cuyo recurso aprovecharía para la
generación de 1.750.000 kilovatios/hora de energía eléctrica.
Además
de asegurar el ahorro de millones de barriles de petróleo al fortalecer el
desarrollo energético del país, Leoni fue protagonista de otras importantes
obras en toda Venezuela.
Leopoldo
Villalobos le atribuye “la construcción de la primera planta de aluminio
(Alcasa), la inauguración de los trabajos del gasoducto Anaco-Puerto Ordaz, la
finalización de la construcción de Sidor y la puesta en servicio de los
primeros puentes sobre el Orinoco y el Caroní”, entre otras obras fundamentales
para la región.
Las palabras justas
Tal vez por sus
dificultades para la oratoria, algo que en muchas oportunidades fue inspiración
de humoristas, Leoni utilizaba la palabra lo justamente necesario, “sólo
hablaba cuando tenía algo que decir”.
Pedro
Aguilar lo definió como un político “leal a sus ideas y a sus ideales. Hizo de
la política un modo de servir al país. Lo sirvió con patriotismo y honradez.
Fue el primer presidente electo por el pueblo, que recibió el cargo de otro
presidente también electo por el pueblo”.
Durante
el gobierno de Leoni fue promulgada la
Ley del Seguro Social, se firmaron más de 500 contratos
colectivos, vio luz la
Universidad de Oriente, se profundiza la investigación y
capacitación aplicada a la reforma agraria y es creada la Fundación para el
Desarrollo de la Región
Centro Occidental.
Hasta
1969 Raúl Leoni estuvo frente a la jefatura del Ejecutivo nacional, participó
en la redacción de la
Constitución de 1961 y fue un protagonista excepcional del
nacimiento de la democracia en Venezuela. Por primera vez, un presidente electo
por el pueblo entrega el poder a otro igualmente escogido y además, de
oposición, un final acorde con el respeto a las libertades por el que luchó
durante su época de estudiante en la dictadura gomecista.
Poco
antes que su inseparable compañera, doña Menca de Leoni, cuyo carácter sin duda
alguna imprimió fortaleza y raigambre a su gobierno, Leoni falleció el 22 de
enero de 1973, cuando sólo tenía cincuenta y cuatro años de edad.
Anécdotas de la familia
Sofía Fernández de
Lezama, hermana de la esposa de Raúl Leoni, doña Menca, comentó para Correo del
Caroní hace exactamente dos años, algunas anécdotas de la célebre pareja
presidencial.
Señala
que un día Leoni y doña Menca llegaron a visitar a sus familiares en Puepa y de
pronto, Leoni se le perdió a la guardia presidencial. “Los edecanes comenzaron
a buscarlo por todos lados y lo encontraron en el pueblo, en una esquina con
unos amigos jugando dominó”. Cuando lo vieron le dijeron: “Presidente, no nos
vuelva a hacer eso, no se nos vaya sin avisar”.
La
señora Fernández de Lezama recordaba en esa oportunidad la historia que le
había contado Menca, según la cual un día “tenían mucho calor y decidieron irse
a pasear a la playa. Justo cuando iban a empezar a caminar Raúl Leoni tomó el
saco para ponérselo y su esposa le dijo: ‘cómo te vas a poner eso con ese
calor’, y él le contestó: ‘es que soy el Presidente y no puedo andar por allí
en camisa y sin chaqueta”.
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