Puerto Ordaz, transformada
hoy junto con San Félix en la moderna Ciudad Guayana es como se ve, de
fundación reciente y por ello no lleva el nombre de un miembro del santoral.
Pero tiene una patrona de origen portugués. Tal Nuestra Señora de Fátima
entronizada por el Obispo de la
Diócesis de Guayana, Monseñor Juan José Bernal Ortiz, en 1957
mientras que el santo patrono de San Félix no es San Félix sino la Inmaculada Concepción
dada su vecindad con la Misión
de la Purísima Concepción
de Nuestra Señora del Caroní fundada en 1724. Esta virgen, tallada en madera,
fue rescatada por Monseñor Francisco Javier Zabaleta, párroco de San Félix
durante 33 años, y como nota curiosa, según la promotora cultural Milagros
Figueroa, sería ésta la única imagen de la Virgen que se cubre con un atuendo algo escotado.
La iglesia de la
Purísima Concepción de Nuestra Señora del Caroní fue
concebida como la Casa
Rectora del resto de las misiones que los Capuchinos
Catalanes fundaron en Guayana, por mucho tiempo fungió como el centro donde se
desarrolló una de las experiencias religiosas más interesantes y ricas de la
historia colonizadora de la zona, además de ser el lugar de confluencia de las
principales fuerzas productivas de la época.
Nuestra Señora de Fátima es una virgen que en 1917 se apareció a tres niños
pastores en la aldea portuguesa Fátima, a unos 100 kilómetros de Lisboa. Por
antonomasia es la virgen de Portugal y sus festividades tienen lugar el 13 de
mayo, mientras que las de la Inmaculada Concepción se realizan el 8 de
diciembre. Esta virgen fue adoptada también por el Obispo Ubaldo Santana
Sequeda como patrona de la
Diócesis de Ciudad Guayana mientras que la patrona de la
arquidiócesis de Ciudad Bolívar es la
Virgen del Valle desde el 27 de abril de 1921 cuando así fue
acordado por sufragio unánime del clero de fieles cristianos bajo los auspicios
del entonces Obispo Monseñor Sixto Sosa.
El primer patrono de Guayana o de su Capital fue y lo sigue siendo Santo Tomás.
Lo adoptó el fundador don Antonio de Berrío porque el 21 de diciembre de 1595,
cuando comenzó la fundación de la ciudad cabecera de la provincia, coincide con
el día que el santoral de la Iglesia Católica dedica a la veneración y fiesta
de ese santo propagador de la religión de Cristo. Por esa circunstancia
onomástica, la Capital
de Guayana fue erigida y registrada oficialmente con el nombre de Santo Tomás
de la Guayana. En
numerosas escrituras aparece “Santo Tomé de Guayana” que significa lo mismo en
lengua portuguesa, ¿acaso porque uno de los lugartenientes de Berrío era un
portugués llamado Álvaro Jorge? No debe entonces extrañar que una virgen de
origen portugués sea la patrona de Puerto Ordaz.
La imagen de Santo Tomás aún se conserva y se puede apreciar en el altar de la
nave izquierda de la Catedral
de Ciudad Bolívar. Otra imagen, pero de mármol y con una expresión diferente,
se halla en el altozano de la misma Catedral. Empero, no debe confundirse con
Santo Tomás de Aquino, el teólogo italiano. El de Guayana es Santo Tomás el
Apóstol, representado con una lanza y el hacha. En el arte cristiano los santos
son representados con un emblema que simboliza su abnegada existencia o el
martirio que sufrieron en la predicación del Evangelio y en defensa de la
verdad eterna.
Como bien sabemos, Santo Tomás, fue uno de los doce discípulos elegidos por
Jesucristo para difundir su doctrina. Fue el único que no vio a Jesús
inmediatamente después de la
Resurrección , por incrédulo. “Si no pongo mis dedos en el
sitio de sus llagas no creeré” y a los ocho días se le apareció Cristo junto a
los demás y le dijo: “Tiende tu mano y no seas incrédulo. Dichosos los que sin
ver creyeron”.
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